Bancarrota emocional

Soy a tu amor
lo que un banco al desahucio:
ya no te necesito,
y me escondo disfrazándome de mis leyes internas.
Soy el explotador al niño de cinco años africano:
dime qué es la moral
si no es palpable y se tasa diferente en cada sitio del planeta.
Soy la empresa al parado-asalariado:
dime si cuestionas o acatas mis normas y te diré qué eres.
 
Y, a pesar de todo, no te vayas.
No te vayas,
que contigo sólo soy peor persona,
pero sin ti ya ni existo.
Que echo de menos (ignorar) tus esfuerzos;
comerte la mente;
perder la cabeza y tomarte la cabellera entera,
pelo a pelo;
gritarte en mis días de mierda;
hacerte creer que te quiero si merece la pena.
Valoro los beneficios de tu ausencia,
y aún hoy no sé si me renta(s).
 
Con el frío, las vacas flacas;
con la delgadez, la decadencia;
con la caída, la conciencia,
La aparente solamente:
ya ando buscando el contrato para blindar esta puerta
y no volver a congelarme.
 
Aunque tú te quedes fuera.

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